En nuestro mundo soplan actualmente y con gran celeridad vientos de cambios sociales, políticos, culturales, que conllevan la aparición de nuevos paradigmas o modos diversos de aproximación a la multifacética realidad. Vivimos no tanto una época de cambios, sino un radical cambio de época, una época de crisis que porta hacia nuevas maneras de ser, de actuar, de valorar las relaciones interpersonales, sociales y cósmicas. Están cambiando nuestras percepciones del tiempo y del espacio, nuestras vivencias profundas, actitudes ante los demás, relaciones con el cosmos. La superautopista de la información acentúa la interdependencia nacional e internacional, la solidaridad y la cercanía, pero al mismo tiempo crea nuevas dependencias,vacíos existenciales,irresponsabilidades éticas, desastres ecológicos. Este pasaje de la era industrial a la era de la información del conocimiento digital, de la revolución genética...conlleva -como todo proceso histórico cultural- enormes posibilidades de crecimiento humano-social, pero, al mismo tiempo, permanentes manipulaciones de la vida en general, incluida la humana, que podrían llevar inclusive a la autodestrucción de la especie humana.
Ante esta situación,sólo una ética de la responsabilidad y del cuidado, que coloca al ser humano como guardián del universo, podrá en cierto modo desacelerar la tendencia dominadora y autodestructora del ser humano en el Universo.
Roberto Tomichá, Cochabamba. Mayo de 2006